Ordenando sentimientos y de paso... haciendo limpieza
Ordenando sentimientos
Eterna la pregunta, omnipresente a cada instante: “¿cambiaría en algo si te dijera que nadie te va a querer nunca tanto como yo te quiero?”. Supe desde el primer beso que sentiría algo muy fuerte por ti, que me costaría aceptarlo también y que sufriría al vivirlo. ¡Qué poco me importó! Aún así me guardé mucho para mí, pues siempre he creído que era mejor no estropear lo que tenía diciendo lo que sentía. Sabes, yo podría haberte dado todo, podría haberte querido como nadie, podría haberte hecho sentir lo que nadie te ha hecho sentir, podría haberte bajado la luna del cielo si me lo hubieses pedido, porqué te quise, te quiero y te querré como nadie lo ha hecho. Podría haberme enamorado de ti. Sin embargo no me dejé ni me dejaste. Me di todos los golpes que quise contra tu burbuja, me abrí todas las heridas que tenía por abrir y lloré todas las lágrimas que tenía por llorar. Y no conseguí más de lo que me quisiste dar, frenando cuando querías, acelerando cuando lo deseabas, todo en una montaña rusa. Ahora te digo todo esto porque ya he llegado a mi límite corporal-psicológico, no puedo golpearme más contra tu muro. Me duele el corazón y no he abierto más que rendijas por las que no puedo pasar.
Ahora, ordenando sentimientos y haciendo limpieza me he encontrado con esto, y a pesar de que me duela, prefiero guardarlo en un cajón, en el más profundo y oculto de todos, pues no puedo vivir de algo que no tiene vida, no puedo seguir sangrándome contra una burbuja de metal. Me quedo con el café con agua que me das para seguir adelante.
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