Tomando un café...
5. Confesiones
Ahí estaba, con una luz misteriosa emanando de su persona, hablando graciosamente con Mik, un amigo de la pelirroja que iba a un curso inferior. Allí se encontraba, hablando distraídamente hasta que sus profundos ojos azules se echaron encima de los ojos azul-grisáceos confundidos por la visión que tenían delante.
- Mik: ¡Ey Lena! Ven aquí un momento, que te quiero presentar a alguien… ¿Lena? ¿Lena estás bien?
- Len: ¿Eh? Si, si… Perdona… ¿Qué me decías? –se acercó un poco a su amigo-.
- Mik: Mira esta es Yulia… Va a mi clase y bueno, me dijo que tenía ganas de conocerte…
- Len: Ah… muy bien… Pues encantada Yulia…-se acercó a ella para darle dos besos-.
- Yul: Encantada también Lena…
Las dos chicas se quedaron observándose profundamente. Yulia era tal y como era en el sueño, bajita, delgada, con el pelo corto y oscuro, y esos dos ojos azules que resaltaban con el blanco de su piel. Tenía una sonrisa picarona dibujada en el rostro y aquellos dos ojos, esos ojos que no paraban de mirarla… “Que linda que es…” pensó Lena.
La pelinegra también se había quedado absorta mirando a Lena. Solo sabía que se había perdido en aquellos ojos que la miraban de manera extraña. Las dos estaban subidas en su nube particular, pero de pronto el timbre de cambio de clase las trajo a la realidad de nuevo.
- Mik: Bueno chicas, que va a empezar la siguiente clase… ¿Chicas?
- Yul: Si, si… bueno Lena, a ver si nos vemos mas por aquí y nos conocemos un poco ¿te parece?
- Len: Si claro, total, estamos aquí al lado jejeje…
- Yul: Pues hasta otra…
- Len: Hasta otra…- dijo mientras Yulia entraba en su clase.
- Len: Mik, ¿luego tendrás un momento?
- Mik: Claro, pero, ¿qué quieres?
- Len: Nada en especial, solo hablar sobre Yulia…
- Mik: Ok… Pues luego nos vemos…
- Len: Hasta luego…
Mik entró por la misma puerta que entró Yulia, y Lena se dirigió hacia su clase. La pelirroja estaba profundamente afectada. En aquel verano junto con Nadenka había conseguido olvidar por completo aquel sueño y la chica de ojos azules, pero ahora, ahora ella la había encontrado sin siquiera buscarla. Todo empezó a darle vueltas, no se sentía mal del todo, pero tampoco estaba en su mejor estado. Le parecía sacado de una película lo que acababa de suceder, y esa sensación se le reflejaba perfectamente en la cara.
- Sam: Ey Lena, ¿qué pasó? Parece que hayas visto a un fantasma…
- Len: Casi…
- Gab: ¿Cómo que casi?
- Len: Nada, no me hagáis caso… Es solo que me he encontrado a alguien que pensaba que no me encontraría nunca y me ha afectado… Jejeje, pero no es nada.
- Mab: ¿Seguro?
- Len: Si tranquilas…Está todo bien.
Sus amigas se quedaron algo preocupadas, porque sinceramente la cara de Lena no era la de siempre, en ella se reflejaba una especie de sorpresa, preocupación y algo de miedo. Tal vez solo eran imaginaciones pero realmente algo había pasado.
Esa clase le pareció eterna a nuestra protagonista. El reloj parecía que se arrastrara a cada segundo y no había manera de que esa hora se acabara. Estaba ya al borde de la desesperación. Necesitaba hablar con Mik sobre Yulia, no podía aguantar ni un segundo más para saber algo de ella. No sabía ni como ponerse para que esos minutos que quedaran no le atormentaran en la mente. Pero de repente el timbre sonó y no le faltó tiempo para salir al pasillo en busca de Mik.
- Len: ¡Ey Mik! Ven un momento por favor…
- Mik: Hola… Bueno ¿y qué quieres saber de Yulia?
- Len: Nada en concreto… Pero dime una cosa, ¿es nueva de este año?
- Mik: Jajaja, no para nada… Siempre ha estado aquí.
- Len: Vaya… Nunca la había visto antes…
- Mik: Pues ella si que te había visto… Si precisamente me dijo un día del curso pasado que me vio hablando contigo que si te conocía… Se ve que te vio el primer día de clase que tuviste aquí cuando salías y no se porque te quería conocer… Aun no me lo ha contado…
- Len: ¿De verdad que me vio el primer día al salir?
- Mik: Pues si… Eso me dijo… ¿Por?
- Len: Pues porque a mi me pareció verla también, pero por mas que intenté verla de nuevo, no la encontré… Me llamaron la atención sus ojos…
- Mik: Jajaja… Pues que cosas… ¿Algo más? Te lo digo porque volverá a sonar el timbre…
- Len: Bueno… Supongo que no… Solo que me gustaría hablar con ella un día de estos…
- Mik: ¿Quieres que le diga a ver si tiene algún día libre para quedar?
- Len: No, de momento no… No hace falta gracias…
- Mik: Jejeje… Muy bien… Pues bueno Lena, me meto otra vez en clase…
- Len: De acuerdo… Ya nos veremos… Adiós.
- Mik: Adiós…
Una vez terminada la conversación, los dos partieron a sus respectivas clases. Mik entró en la suya y se sentó con Yulia, ya que eran muy amigos y pasaban la mayoría de los días juntos.
- Yul: ¡Ey Mik!
- Mik: Ey… Tranquila que no le he contado nada malo de ti a Lena…
- Yul: Jajaja… No te quería decir eso, pero gracias de todos modos…
- Mik: Ah vale jejeje…
- Yul: Bueno… ya que la has nombrado… esto… ¿de que hablaron?
- Mik: Jajaja… de nada en especial… Me preguntó si eras nueva, y bueno me dijo que te vio como la mirabas el primer día que estuvo aquí y me ha dicho que un día de estos le gustaría hablar contigo…
- Yul: (toda ilusionada) ¿¿¿De verdad???
- Mik: Jajaja si… y ¿a que viene ese tono ilusionado? ¿Es que a caso no me has contado algo Yuli?
- Yul: Jajaja… ¡¡no seas cafre!! (un poco ruborizada). No hay nada para contar… Es solo que hay algo que me llama de ella y aun no se que es… Pero tu tranquilo fisgón, que cuando sepa lo que es te lo diré…
- Mik: Ja, ja y ja… ¡Mira que si me tratas de estas maneras irás a hablar con ella tu solita!
- Yul: Jajaja… ¿Me estás amenazando Mik?
- Mik: Noooo por Dios… Eso no era una amenaza… ¿Crees que yo te amenazaría con eso? Ay… Que poco que me conoces… Jejeje…
- Yul: Jajaja… Pues precisamente por eso… Porque te conozco y se que eres capaz de todo y un poco mas… Jejeje…
- Mik: ¡Exagerada!
- Yul: Para nada jajaja…
Y después de un rato de bromas, aquel día tan intenso se terminó. Tanto Lena como Yulia intentaron encontrarse al salir de clase, pero por desgracia ninguna logró ver a la otra. De todos modos ninguna se preocupó; aún tenían todo un curso por delante para conocerse.
Los días fueron pasando, con pequeños encuentros fortuitos por el pasillo entre clase y clase. A cada palabra que se dirigían, la confianza entre ambas iba aumentando. Cada vez los encuentros eran más seguidos; miradas echas de reojo, sonrisas en la distancia, palabras que se perdían en la mente de cada una. Las dos se alegraban mucho de haberse conocido, tanto que llegó un punto en que un nuevo sentimiento empezaba a crecer en sus corazones.
El otoño retiró el manto de hojas secas para dejar paso a la desolación vegetal que el invierno producía. Las calles empezaban a vaciarse en cuanto el sol dejaba de iluminarlas, la temperatura se mantenía insistentemente baja y las capas de ropa cubrían los cuerpos de la gente, ocultando sus figuras. En una tarde de esas, fría, en la que no apetecía nada mas que un buen café en un local climatizado, nos encontramos a dos amigos justamente haciendo lo antes nombrado.
- Mik: Bueno, ¿y que me querías contar con tanta urgencia?
- Yul: Bien, no se por donde empezar la verdad, pero siento que si no se lo cuento a alguien voy a explotar, y ya que tu eres mi mejor amigo, ¿por qué no te lo tendría que contar a ti?
- Mik: Jajaja… muy bien… Pues cuéntame que pasó…
- Yul: Es sobre Lena… verás, en estos días que llevamos hablando de tanto en tanto por los pasillos, me he dado cuenta de que a pesar que no la conozco demasiado, es una chica simpatiquísima y muy agradable… y, no sé, me encanta hablar con ella, siento que le podría contar todo lo que quisiera sin que me juzgara por ello… y esto… que cada vez que la veo, es como que me siento más feliz, que se me olvidan todos los problemas y solo hay espacio para ella… y… y…
- Mik: Yulia tranquila… Dime lo que me quieres decir ya mujer, que me estoy empezando a poner nervioso con tanta y…
- Yul: Jejeje… ya, lo siento… Pero es que es algo un poco fuerte ¿entiendes?, y bueno, no se como te va a sentar…
- Mik: Venga cariño… Si ya sabes que soy tu amigo y que puedes confiar en mí, ¿a que le tienes miedo entonces?
- Yul: Ya… No se, paranoias mías jejeje… Bueno, pues entonces basta de rodeos… Lo que quería contarte es que creo que estoy sintiendo algo más profundo que una amistad por Lena… No me preguntes por que, porque ni yo misma se la razón exacta por la que estoy sintiendo esto… Pero es algo que reside en mi interior, y llegaré al punto de que no podré ocultarlo mas, y antes de nada, yo quería compartir esto contigo…
Yulia miró directamente a los ojos de Mik, esperando una respuesta, una reacción ya fuera buena o mala, un algo que le dijera que estaba ahí y que la escuchaba. Pero no encontró ninguna reacción en el rostro de su amigo. Esto la puso nerviosa, ya que no sabía como reaccionaria Mik, y esa falta de respuesta no le parecía que fuera un signo positivo ante tal revelación.
- Yul: Mik, yo no se que mas decirte… Tal vez no te esperabas esto de mí… No sé, yo… yo…
- Mik: Entonces, ¿te gusta Lena?
- Yul: Pues yo diría que si…
- Mik: ¡¡¡Lo sabía!!!
- Yul: (seriamente impresionada por la tremenda afirmación de su amigo) ¿¿¿Cómo que ya lo sabías???
- Mik: Jajaja… No se si me ha hecho mas gracia tu cara buscando una reacción en mi o tu cara de sorpresa que tienes puesta ahora mismo…
- Yul: ¡¡¡Pero que cabrón que llegas a ser Mik!!! Yo aquí toda preocupada por si no te lo tomabas demasiado bien, y ahora se ve que solo querías reírte de mí… Si es que eres… bufff… no se ni como llamarte…
- Mik: Jajaja… Pues llámame Mik el adivino si quieres… Si es que eres tan transparente Yuli… Desde el día en que me dijiste que querías conocer a Lena, se te veía un brillo diferente en la mirada… Y bueno, el día que te la presenté ya ni te cuento… ¿Por qué te crees que te he andado molestando todo este tiempo con el tema “Lena”? Porque era evidente que te rondaba algo por dentro, y mira tu por donde, es que te has enamorado de ella.
- Yul: ¡¡Ey!! Para el carro tío… Aquí nadie ha utilizado la palabra enamorada… Eso es muy grande para decirlo ahora… Yo solo te he dicho que empiezo a sentir algo más que amistad por ella… Vale, admito que me gusta y que cuando la vi de cerca, pensaba que me iba a caer de lo hermosa que es, pero ya está… Yo no te he dicho que esté perdidamente enamorada de ella… Aun es muy pronto para decir eso…
- Mik: Jajaja… Bueno, pues solo te gusta… Está bien así… Y dime, ¿has pensado que vas a hacer? ¿Se lo dirás o algo?
- Yul: La verdad es que no lo sé… Supongo que si lo hablara con ella me entendería… En estos días me ha demostrado que es una persona sensata y que le puedo contar lo que quiera sin que se escandalice… Pero no sé… Me encantaría decírselo, porque a mi me gusta decir las cosas, ya que creo que si no las dices luego te arrepentirás todo lo que te quede de vida por no haber sido sincero, pero es difícil… No creo que ella sienta algo por mí… Como mucho que me quiera como amiga, pero de ahí no creo que pase…
- Mik: Yuli, yo no se bien, bien que puedo decirte… Solo se que si de verdad la quieres, se lo tendrías que decir… Más que nada es tu amiga, y como tal supongo que lo entenderá y quien sabe… Tal vez te lleves la sorpresa que tú también le puedes llegar a gustar.
- Yul: Si, puede ser… ¿Sabes qué? Se lo voy a decir… Una tarde de estas quedaré con ella… Ya estoy muy cansada de ocultar siempre lo que siento por miedo al rechazo… Esta vez quiero que sea diferente, que no me martirice después el hecho de no habérselo dicho… Esta vez será diferente…
Y después de esta gran confesión para Yulia, ésta le dio las gracias a Mik por escucharla y aconsejarla, y con una fuerza renovada, Yulia se fue a su casa, pensando la manera mas suave y adecuada de contarle a Lena lo que sentía.
Mientras tanto, a una distancia de Yulia, otra persona pensaba también en la persona a la que quería con locura. Damián también estaba cansado de esconder lo que sentía por la pelirroja. Después de un año suspirando por ella en silencio, mirándola desde la lejanía, observando cada uno de sus movimientos, había llegado la hora de pasar a la acción. Este año se había propuesto de no dejar pasar la oportunidad de ser feliz. No quería pasarse los días pensando en Lena. Quería sentirla de verdad, a su lado. Quería tomarla de la mano y que ella sintiera lo que él sentía. Quería abrazarla con suavidad cuando pasearan por las calles de la ciudad. Quería, simplemente, estar con ella, hacer todo lo que había soñado, sentir todo lo que había imaginado. Así que él también estaba decidido a confesar sus sentimientos.
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