Estartit
En una ciudad lejana, más lejos de lo que jamás habíamos ido, te veo tumbada en una cama acompañada y no puedo más que observarte y pensar que por fin ha llegado el día que tanto me habías prometido. Estás tan preciosa cuando duermes, cuando te miro sin intermediarios, cuando te relajas y dejas que Morfeo te acaricie los pensamientos…
Y si, lo admito, siento celos también, pero la inmensa felicidad que me embarga el corazón es tan grande que ni me molesta que te toquen, que te miren, que te acaricien, porqué te miro a los ojos, me sumerjo en ese color miel, y te veo mía y de nadie más, te siento aquí dentro, en el centro del pecho.
Sigue durmiendo mi princesa, descansa, siéntete libre porqué has estado presa mucho tiempo. Disfruta, que yo seré el príncipe que te proteja, te cuide y te de todo aquello que necesites para ser feliz, para convertir este momento en algo más que un instante.
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