Indefiniblemente cerca de mí
Como querer escribir sin tener palabras, ni un solo vocablo que pueda expresar esa sensación que sin quererlo o queriendo se ha instalado en el pecho. En una habitación oscura, con la luz de la pantalla reflejada en las retinas que arden por ver algo nuevo, algo que no esperen, algo que sorprenda. Y el reproductor va soltando términos, frases, estrofas y demás, que se conjuran de nuevo, todas aquellas que hacia tanto que no escuchaba… Me dueles tanto que no quiero volverte a ver…
Un refresco que se ha acabado, mientras las burbujas navegan a través de mí ser, estrellándose las unas contra las otras en una sinfonía que no soy capaz de escuchar… Recuerdo que al llegar ni me miraste, fui solo una más de cientos, y sin embargo fueron tuyos los primeros voleteos…
La noche ya ha caído, dando fin a este día que ha sido uno más de esta infinita carrera de tiempo. Una pequeña parada para que en mis ojos se reflejen más y más pantallas, como buscando algo que por el momento no termina de aparecer, con una pequeña corrección en lo anteriormente escrito. Y esa voz, dulce y triste a la vez, que sigue acariciándome los oídos, y que se conjura año tras año, recordándome que empecé a interesarme por la lengua bretona gracias a ella… I don’t wanna cry a tear for you, so forgive me if I do…
Las palabras empiezan a encallarse, como siempre a mitad de texto, pero es que no sé como sacarme de dentro todo aquello que tengo por decir, todo aquello que hace que sea como soy, que me define irremediablemente, y que por suerte o por desgracia le pone algo distinto a mi día a día. Me quejo de que la musa nunca me visita cuando tengo un teclado delante, pero quizás sea yo la que no termina de canalizar lo que tengo por decirme… Insiste mi locura en que soy la caricatura de lo que un día viste en mí, no me queda valor ni para irme de aquí…
La pregunta que me viene en mente, sin embargo, es el porqué de todo esto, de estas líneas, cuando comencé por comenzar, cometiendo el mayor error de todos, pues sin propósito, esto terminará por convertirse en un despropósito. Pero qué más da, la incoherencia siempre me ha llevado de la mano, marcándome una ruta que no sé por cuanto tiempo podré sostener… Si, yo quiero hablar, pero las palabras vienen y van, puedes pensar si es bien o mal, te juro que ésta es mi realidad…
Un cambio de letras, pues la Times New Roman se me queda impersonal, no la sentí nunca mía, y adopté entre mis dedos la Book Antiqua, pues me parece más cercana, más humana, que puede llegar mejor a los demás, que puede transmitir la inconexión de todo esto… Esta vez me quiero desahogar, prometer que se me pasará, conseguir mirarte sin temblar y que ya no te quiera enseñar lo que hoy me ha dado por cantar…
Y me sorprendo de esas canciones que tenía guardadas, de esos sentimientos que con ellas van, y las ganas que tengo de gritar, de cantar y de (por qué no) escribir, con este ataque de verborrea verbal que parece no tener final. El día que consiga sacar lo que llevo dentro, esas mezclas de ironía y sinceridad, de tristeza y felicidad, de hiperactividad y apatía, me faltarán, lo sé, palabras, canciones y teclas para aporrear… Take everything from the inside and throw it all away…
Veo que en tiempo real esto no está quedando tan mal, pues parece que canción tras canción se van conjurando las frases solas, melodía tras melodía el humor puede que mejore o no, depende del ritmo, y del recuerdo que atado va a él… Nos buscamos, nos tocamos, pero a veces olvidamos lo que nos cuenta la piel; debemos esforzarnos, o vamos a caer…
Podría seguir, podría buscar una imagen que jamás estará a la altura de esto, podría estar escribiendo por escribir intentando que aparezca algo coherente, algo que transmita algo más de lo que suelo escribir, intentar construir mi obra maestra, pero por el momento ésta no llega con esto, y las canciones siguen, algo de Lady Gaga, Evanescence, Ondina, Iio, pero la que andaba esperando para poner punto y final ha llegado, por lo que qué mejor decir… Para ponerle una canción a tus silencios, para que te eches a reír, paranonainoninonero, no sé para qué, pero te quiero…
O quizás… Acostumbrado a estar así, cuando estás cerca de mí…
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