Luchando por ti... luchando por mi...
Como una canción
Sutilmente te has convertido en la melodía de fondo de mi día a día, como una canción omnipresente recluida en mi cabeza, despertando en mí una vorágine de sensaciones, confusas y chocantes, que desestabilizan mi tan ansiado y codiciado equilibrio emocional.
Dos partes antagonistas luchando en una batalla inexorable: una racionalmente inamovible ante el cambio; la otra irracionalmente arrastrada hacia él. Dos guerreras combatiendo sin descanso en el terreno del miedo, del miedo a la cercanía y la complicidad, del miedo a romper algo tan hermoso, al compás de esa canción en la que discretamente te has convertido y que se conjura permanentemente en mi confusa y fustigada cabeza. Una contienda invisible a los ojos, sin vencedores ni vencidos, pues si una parte superase a la otra, los restos de la batalla seguirían manchando el camino a seguir, un sendero por el cual me acompañas, mano a mano, día tras día, cercana e inalcanzable, con el miedo flotando en el aire y la dulce melodía de tu cuerpo y tu voz a mi lado.
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