Separadas pero unidas...
Familiarmente desconocida
Hace años ya que un océano nos separa, años de sentimiento entrecortado, de sensaciones sobreentendidas, de puntos suspensivos, de misterio en las sombras… Años y años de adoración de un rostro familiarmente desconocido, de un cuerpo soñadamente acariciado, de unos ojos inalcanzablemente admirados. Susurros digitalizados que atravesaron la red, llegando a ti en forma de letras, palabras, frases, párrafos, textos, historias interminables que empezaron en mis dedos y terminaron en tus retinas, grabándose a fuego en lo más profundo de tu ser. Años y más años de un viaje sin principio ni final, de una lucha contra los impedimentos del día a día, contra la inestabilidad vital, contra los silencios, contra las brumas del olvido…
Pero hoy, último día de uno más de los años que dejamos atrás, no me queda más que recordar y traer a mi mente todas aquellas palabras, fotografías y en definitiva pedacitos de ti que quedan en mí para acompañarme de nuevo en esta transición, pues si un deseo me pudiera ser concedido con la doceava campanada, sería el de tenerte por doce de ellas a mi lado, para poder mirarte, sentirte, admirarte y amarte por un instante, como tantas veces he soñado, y dejar de ser por un solo momento esa chica familiarmente desconocida que navega por tu sueños.
Año nuevo, vida nuevo... Pero hay cosas que jamás cambian...
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