Conociendo(te)
Nunca un espacio tan sumamente reducido, una postura tan intensamente extraña, un calor hondamente penetrante, fue tan cómodo… Dentro de un cubículo de chapa, pintura y tapicera se nos pasan las horas, en sonrisas cómplices y miradas cruzadas, con el aroma embriagador de la pasión y amor flotando en la brisa estival… Y te veo, te miro mientras descansas en mi regazo, tranquila y relajada, y me pierdo en el tacto de tu piel, acariciándote sin cesar, memorizando con mis yemas cada rincón de piel desnuda. Cierras los ojos, pero sigo viendo ese marrón, profundo y cristalino, en el que me pierdo sin remedio alguno, y tu boca se transforma de repente en una media sonrisa que se refleja en la mía propia… No sabes cuanto te quiero en esos momentos, como un simple gesto, una simple caricia, una simple sonrisa me enamoran, y te siento dentro, muy dentro, latiendo cerquita de mi corazón… E inevitablemente noto como la fortuna se agarra a mi mano, se me alegra el pecho, y la felicidad recorre cada poro de mi piel, porqué estás aquí, a mi lado, y siento que así debe ser, por interminables e incontables pedacitos de tiempo, dejándome conocerte, dejándote conocerme…
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