Castígame
La noche cubría el cielo, un cielo tan oscuro y profundo que ni una brizna de luz podría atravesar esa negrura, tan negra como el cuero que rodeaba todo el cuerpo de aquella mujer… Una mujer imponente, que con esa mirada profunda que asomaba a través del cuero había conseguido seducirme, arrastrándome a una habitación iluminada por velas tan solo, colocándome en una cama tan grande como para perderme toda la vida… Inesperadamente se aventuró a agotar la distancia que nos separaba, sacándose de la cintura un par de tiras de seda, que usó para atarme al cabecero de la cama… Inmovilizada ya, no me quedaba más que rendirme a aquella penetrante mirada, a los movimientos casi felinos de aquella mujer, a las tiras de su látigo recorriendo mi desnudo vientre, a aquellas ganas irrefrenables que tenía de gritar que había sido una niña mala y que quería mi castigo… No tardé mucho más en rendirme a aquel deseo imparable de gritarle, de suplicarle, rendirme y pedirle que me azotara, que me aplicara mi condena… Y dios si lo hizo… nunca el dolor me había resultado tan excitante ni tan placentero… Aquel bendito látigo, sujetado con firmeza por su mano cubierta de cuero, me propinó caricias enrojecidas, dejando por mi piel una marca inconfundible de placer agridulce, de literatura que tan solo ella y yo sabíamos leer, de gritos y súplicas, de pasión envuelta en negro… Profundo y encuerado negro…
...Gracies per ser la meva inspiració...
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