Paseo por mi silencio...
Paseo por las calles de una ciudad que no es la mía, con el frío abanicándome las ideas... Veo a muchos niños jugando, corriendo a pesar de ese viento invernal, inventandose burbujas multicolor... Inevitable sonrierme... Paseo y paseo, de camino a la estación, con Rafa Pons susurrándome al oído... Mi lumisina me recoge, esa limusina de peatones que me ha de llevar a casa... Me rodeo de gente que no conozco, pero sin embargo me son familiares... Supongo que es la familiaridad de la costumbre, siempre en el mismo tren, en el mismo vagón, en el mismo rincón apoyada...
Paseo por las calles de mi ciudad... y parece que no sea mía del todo... El frío me sigue abanicando las ideas, congelándolas e inutilizándolas instantáneamente... Se congela mi reloj con este frío... Me siento triste y no sabría decir el porqué de esa sensación, aunque también es familiar por costumbre... Que ganas más tontas de bañarme la cara de agua y sal... Derretirme los muros en un instante, y dejar que fluyan, libremente y sin impedimentos, calentándome las mejillas... Lloro, y lloro porqué me da la gana... No le encuentro otra explicación...
Paseo por las calles de mis pensamientos... y no encuentro nada... no vislumbro la razón de... veo puertas y más puertas, cerradas a cal y canto... ni yo misma me puedo transpasar los muros ya... ¿Me convertí al final en una fortaleza inexpugnable? Tal vez... ni yo misma lo sé... Tan solo queda una puerta de madera, por la que aún entra algo de luz... Ya lo dicen, si se cierra una puerta se abrirá una ventana... pero no hay ventanas... puertas y más puertas, y tan solo por una entra luz... pero sigue cerrada...
Paseo por las calles de mis sentimientos... y están desiertas... silencio...
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